martes, 11 de abril de 2017

Ey, que hace poco descubrí a una mujer que no sabría decirte lo que es. Para mí que era medio-bosque, medio-selva, algo tenía que ser. Tenía una mirada salvaje que te dejaba sin ganas de cerrar los ojos, parecían verse en su pupila los atardeceres en el Congo o los bosques frondosos del sudeste asiático. Vestía con una túnica casi trasparente que dejaba al descubierto plenamente su cuerpo, su desnudo era maravilloso. Lucía unos senos color café con forma de naranja y su vello negro azabache destacaba entre sus piernas. La sensualidad era la menor de sus virtudes. Empezó a caminar hacía mí clavándome su insinuante mirada sin dejarme parpadear durante unos minutos. Tardé en darme cuenta de que estaba delante mío mirándome y noté como mi sudor caía sobre mis mejillas. De repente sentí como un calor abrasante me invadía todo el cuerpo y como una sensación escalofriante me acariciaba la piel. Ella seguía delante mío, esta vez decidió sonreírme y guardé para mí mismo aquella sonrisa tan impecable con esos dientes amarillos. Cuando me quise dar cuenta, ella ya no estaba. Había desaparecido.
Nunca más he vuelto a ver a la mujer-bosque.

sábado, 4 de febrero de 2017

Queridos lectores

No hay nada que me cueste más que escribir con una canción de Carlos Sadness de fondo.

Ha llegado un momento de mi vida en el que necesitaba salir de lo típico, salir de mi propio cuerpo y buscar en el de más personas. Mi anterior blog guarda a una persona muy bonita y muy culturizada, con muchas lecturas y autores bonitos en la cabeza. Y a pesar de que los poemas que provengan de mi más adentro no verán la luz por el momento, quería dedicar este blog a la búsqueda de una nueva persona, un nuevo yo.

En estos últimos meses muchas cosas han pasado, yo diría que tantas que apenas tengo sensaciones que poder describir con palabras. He conocido a gente única, peculiar; he vivido momentos de la actualidad que he tenido que parpadear para darme cuenta que estaban sucediendo en la realidad; he subido y me he colado en las terrazas de los hoteles de Madrid para conseguir una foto que merezca la pena de mi ciudad; he descubierto lugares a los que quiero viajar sin haber estado en ellos; he bailado y cantado al son de mi nuevo tocadiscos; he traducido textos en latín...

Por tanto, veo que necesito algo diferente y así es, me resulta arriesgado decir que tengo un blog nuevo, es algo precipitado y sin sentido, como la vida misma.