Ahora que hace más fresco y cambian de color las hojas, me considero Octubre. Es un mes que se hace corto, en realidad los últimos meses del año siempre tienen esa manía tan tonta de querer ir más rápido que ninguno, pero saben que por mucho que insistan no les voy a dejar ir tan ligeros. Así quiero que estos últimos meses valgan la pena, sobre todo y más ahora porque dentro de nada tendré dieciocho en edad física (mental seguro que tengo mucha más) y merece la pena disfrutarlo al máximo. Como tú siempre me dices, cuando eres joven crees que nunca te harás viejo y tendrás el poder de cambiar el mundo, tú querías ser detective espía para detener a los malvados, yo tan solo quería que dijesen mi nombre el día que me muriese en los telediarios. Es gracioso porque donde más huella dejamos es por los lugares por los que pasamos rozando, ya sean personas o a través de nuestras propias creaciones. Espero haberos dejado huella, porque ahora a pesar de la distancia seguís echándome de menos, aunque a eso también hay que sumarle la idea de que cuando tienes un hijo es como si te pegasen un tiro del que nunca te vas a quitar la bala (esto se aprende por experiencia propia al estar rodeada de pura infancia). Pero supongo que yo me considero alguien que va dejando huella y que poca gente va dejando gran o importante huella en mí (esto no es del todo cierto ahora que lo pienso), muchas veces me han dejado más huella aquellos que me han hecho daño que aquellos que me han tratado bien. Supongo que así funciona mi cerebro, tan negativo y pesimista que no me aguanto ni yo misma. Pero quiero que sepas papá, que voy a empezar ahora a tener una vida más espiritual, quiero ser parte de la tierra como individuo, más bien quiero ser naturaleza y poder expandirla a los demás. Eso es lo que llevaba buscando tanto tiempo o lo que he necesitado gran parte de mi vida, necesito dejar de funcionar como la sociedad quiere que hagamos y buscar mi propio camino, ahora quiero establecer yo mis patrones de supervivencia. Quiero tener una vida fuera de todo eso que me ha estado fastidiando durante tanto tiempo y cambiar, por dentro y por fuera, pero siempre a mejor. Te preguntarás que porque te cuento esto, pero si te soy sincera, es porque de las cosas de las que mejor se me da hablar es de mí misma. Me resulta muy interesante investigar en mi propio subconsciente y gustos como si de un universo se tratara. Esto la sociedad lo llama "egolatría", yo lo llamo "investigación personal" y lo llevo poniendo en práctica toda mi vida, aunque tú eso ya lo debes de saber. ¿Qué tal va mi vida por estos lares? pues muchos deberes y muchos exámenes, acostándome tarde y durmiendo poco, un poco desorden, comiendo regular etc pero ¿qué te puedo contar que no sepas ya? No quiero decir que todo sigue como antes porque no quiero que sea así, como ya te he dicho, voy a empezar una vida espiritual. Rodeada de plantas y levantándome cada día con una afirmación y dándole gracias a la tierra por estar viva, todos deberíamos hacerlo aunque el ritmo de la ciudad nos lleve por mal camino.
Ojalá cuando tengas un burro sepa curarlo con reiki, vale, ya se me está yendo la olla; pero de verdad que no sé que más decirte. Bueno, debería darte las gracias, bueno a mamá también (quizás a mamá un poco más) por abrirme las puertas a esta experiencia, mi objetivo nunca fue hacer amigos o tener una vida social de ensueño, más bien experimentar y conocerme a mí misma para poder definir mi futuro y creo que estoy yendo por buen camino. Es algo que se olvidan de enseñarnos en el colegio con tantas asignaturas tontas (por cierto que sepas que en Estados Unidos no es obligatoria la Educación Física y nadie se muere por ello) y que dan por hecho que tenemos que saberlo nosotros cuando no nos han dado oportunidad de pensarlo o experimentarlo. Así que muchas gracias por darme la oportunidad de hacerlo de esta manera, sé que no todos tienen la suerte que yo he tenido. Ahora sí que sí, quiero decirte que aunque me eches de menos (yo echo de menos tener a alguien a quien darle cariño) disfruta del tiempo y proponte metas, porque creo que es lo que todos debemos hacer. Como muchas veces he escrito en muchos textos, yo he visto a muchos jóvenes en cuerpos de viejos y a muchos viejos en cuerpos de jóvenes (a este grupo he pertenecido yo durante bastante tiempo) así que tú tienes la oportunidad de cambiarlo, a pesar de todos tus problemas con la vesícula, que sé que me echa de menos. Ahora te propongo un reto, escríbeme o dibújame algo, lo que sea para que yo lo lea y tengas constancia de este día. Quizás no va a ser tu mejor cumpleaños, pero así tienes un recuerdo de lo que pensó la cabeza de tu hija un 16 de octubre cuando estaba al otro lado del océano. Tu anterior poema me gustó mucho, debe ser real eso de que el transporte público inspira a crear, sé que tanto tu vida como la de mamá (no os quiero deprimir) es de ciudad gris, pero tú tienes la oportunidad de darle color, ya he visto que estáis haciendo muchas cosas creativas en mi ausencia (lo de que os hayáis ido al País Vasco sin mí os la guardo) así que sigue creando. Y bueno esto va llegando a su fin, espero que seas capaz de entender lo que te he escrito y que te guste o al menos te entretenga un poco este texto tan variado. Quizás tendrás que leerlo más de dos veces para enterarte, pero sé que tanto tú como tu vesícula podéis hacerlo (yo os conozco muy bien) y no te olvides de cumplir el reto.
Ahora que lo pienso tendría que haber escrito un texto sobre lo bonita que es la relación de padre/hija, pero eso ya está muy visto ¿no? Además que lo que más hace feliz a un padre/madre es ver feliz a su hij@ o al menos intentando serlo, o eso creo yo, ya me dirás tú.
Feliz cumpleaños Papá, Padre, Ramón y créditos a la vesícula.
Espero que disfrutes de un muy feliz cumpleaños, yo intentaré que mi día también sea especial así podremos estar unidos por la esencia, además de la sangre.
Posdata: no he encontrado la tarjeta de crédito en el colegio; pero no te enfades, a todos nos ha pasado, bueno no, a ti no, que tienes siempre la cabeza y la vesícula en su sitio.
Lola
